En el marco de los propósitos de trabajo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, todos ellos relacionados con la preservación y gestión del Patrimonio Cultural, primordialmente cubano, se crea en junio de 2012 el Gabinete de patrimonio musical Esteban Salas como entidad especializada en el estudio de fuentes documentales relativas al hecho musical. Lleva el nombre de Esteban Salas (La Habana, 1725-Santiago de Cuba, 1803), primer compositor del que se conservan partituras en la Isla. El patrimonio musical de Cuba constituye una parte importante de nuestra historia cultural; refleja el desarrollo y la proyección de diversas corrientes estéticas, técnicas e ideológicas, y agrupa un conjunto de: partituras, instrumentos, documentos relativos a la gestión y difusión de la actividad musical, expresiones iconográficas y fonogramas.

Entre las funciones del Gabinete se encuentran:

PRESERVACIÓN: Digitalización de fuentes relativas al hecho musical y recuperación de fuentes sonoras

INVESTIGACIÓN: Localización, catalogación, transcripción y estudio de fuentes relativas al hecho musical

GESTIÓN: Socialización del patrimonio musical en bases de datos, publicaciones impresas, biblioteca-fonoteca especializada, conciertos y conferencias

Para ello cuenta con un equipo multidisciplinario de especialistas formados en musicología, sociología e historia con el objetivo de estudiar el documento musical desde varias aristas. Los resultados de la labor del Gabinete de patrimonio musical Esteban Salas revierten en beneficio de instituciones e investigadores que requieran información sobre esta temática.

LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN

PRESERVACIÓN Y ESTUDIO DE DOCUMENTOS MUSICALES CON ESPECIAL ÉNFASIS EN EL PATRIMONIO MUSICAL CUBANO Y LATINOAMERICANO

- Colección Música Sacra de Cuba, siglo XVIII de conjunto con el CIDMUC y la Universidad de Valladolid

- Colección Patrimonio Musical Cubano de conjunto con el CIDMUC y la Universidad de Valladolid

- Colección Documentos Sonoros del Patrimonio Musical Cubano. Sellos discográficos Colibrí y La Ceiba

CATALOGACIÓN Y ESTUDIO DE DOCUMENTOS MUSICALES EN BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS ASÍ COMO DE TRANSMISIÓN MULTIMEDIA

- Los archivos de música de la Catedral de Santiago de Cuba y la Biblioteca Elvira Cape

- La capilla de música de la Catedral de La Habana, siglos XVIII y XIX

- El archivo eclesiástico: La Merced, La Habana/ San Francisco de Asís, Santiago de Cuba/

- Órganos históricos

- Estudio de colecciones: Santa Clara y Holguín



PROCESOS QUE VINCULAN MÚSICA, CULTURA Y EDUCACIÓN

- Músicos criollos y peninsulares de los siglos XVIII y XIX. Repercusión del acontecer político y religioso en su creación musical

- La actividad musical en los espacios religiosos de La Habana en la segunda mitad del siglo XIX

- Música, cultura e identidad en Cuba durante el período colonial (siglos XVIII y XIX): fuentes, contextos y circulación

- Músicos pardos y morenos libres vinculados al culto católico en Santiago de Cuba durante el periodo colonial

- Música y sociedad en Cuba, siglos XIX y XX

- Música sinfónica latinoamericana del siglo XIX

- Prensa y música

- Iconografía musical

- La recuperación del oficio de luthier de instrumentos de la familia del violín

- La recuperación del oficio de afinador de piano

- Enseñanza patrimonial de la música en el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana (Universidad de La Habana): Diplomado en Patrimonio Musical Hispano/ Diplomado en Patrimonio Musical Organístico/ Maestría en Gestión del patrimonio histórico-documental de la música (en proceso de aprobación)

- Libro de texto sobre Historia de la música en Hispanoamérica para estudiantes de nivel medio de música

- Libro de texto sobre Patrimonio musical cubano para el programa de Aulas-Museo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana



GESTIÓN Y MANEJO SOCIOCULTURAL DEL PATRIMONIO MUSICAL

- Colección Documentos sonoros del Patrimonio Musical Cubano de conjunto con el CIDMUC

- Gestión de eventos: conciertos temáticos y Encuentro de jóvenes pianistas.

PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN

- Nuestro patrimonio, nuestro futuro - el fomento de la enseñanza del patrimonio musical como vector de cambio social, subvencionado por la Comisión Europea, y gestionado por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, OIKOS y la Universidad de Valladolid, en el que también participan la Baltisches Orgel Centrum, Hochschule für katholische Kirchenmusik und Musikpädagogik Regensburg de Alemania, Luthiers sans Frontières de Bélgica y la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba.

- Gestión y difusión del patrimonio musical de Cuba y Latinoamérica: luthiería, investigación y docencia, subvencionado por la Comisión Europea, y en el que también participan la ONG belga Luthiers sans Frontières, la Sociedad Civil Patrimonio, Comunidad y Medio Ambiente, la Universidad de Valladolid y la Société Française de Luth.

- El patrimonio histórico-documental de la música en Cuba durante el período colonial de conjunto con el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana y la Universidad de Valladolid, España

- El patrimonio histórico-musical conservado en las catedrales e iglesias de Cuba de conjunto con el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana y la Universidad de Valladolid, España

- Música y cultura en España (siglo XVI-primera mitad del XVIII). Fuentes, contextos y comunicación, proyecto I + D de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Valladolid, España.

- Identidades nacionales, regionales y locales en las culturas musicales de Latinoamérica y España en el siglo XX, proyecto I + D de la Universidad Complutense de Madrid.

ANDAR POR EL PATRIMONIO MUSICAL DEL SIGLO XIX: LOS TEATROS

Como parte del programa Rutas y Andares de la Dirección de Programa Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana el equipo de trabajo del Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas organizó un Andar por el patrimonio musical del siglo XIX: los teatros el  pasado 31 de julio que contó con la participación de 239 personas (139 adultos, 41 niños y 59 jóvenes). Los andantes pudieron disfrutar un pequeño concierto en la sede del Teatro Lírico Nacional  donde fueron interpretadas arias de las operas Lucía de Lammermoor de Donizetti, Los cuentos de Hoffman de Offenbach, Rigoletto y La traviata de Verdi, en el arte de jóvenes cantantes de esa institución. Las presentaciones estuvieron a cargo del especialista Ubail Zamora.

El andar por el Patrimonio Musical de La Habana del siglo XIX ha propuesto la visita a los teatros y salones que estuvieron directamente relacionados con la actividad musical de la ciudad en esa centuria. Desde la fundación del Teatro Principal a finales del siglo XVIII, se crearon espacios especializados para que tonadillas, zarzuelas y óperas fueran estrenadas en La Habana. Durante el siglo XIX las salas de teatro se hicieron abundantes en La Habana, hasta convertirla en plaza frecuentada por artistas de renombre.

Calle Mercaderes e/ O’Reilly y Empedrado
Liceo Artístico Literario 
Iniciamos nuestro recorrido en el Liceo Artístico Literario que próximo a la Plaza de Armas, en la calle Mercaderes, constituyó un espacio para el intercambio de opiniones, sitio ideal para la presentación de charlas, exposiciones, al que podían acceder las damas, aunque el Liceo no era en modo alguno un sitio abierto a todos. El acceso era permitido solo a los blancos, y aún entre estos había exclusividades. Inaugurado el 15 de septiembre de 1844, por iniciativa de José de Imaz, José Miró y Ramón Pintó, quienes solicitaron de las autoridades la transformación de la antigua Sociedad Filarmónica Santa Cecilia (creada en 1829) en un liceo para el fomento de las bellas artes y de las letras, estuvo conformado por varias secciones: Literatura y Lenguas, Ciencias, Música, Pintura, Escultura y Arquitectura y Declamación. Su dirección estuvo integrada por un presidente, cuatro consiliarios, un contador, un depositario y un secretario, además de otros cargos que garantizaban su funcionamiento y organización interna. Con la irrupción de la Guerra de los Diez años, en 1868, y partir de la división de criterios políticos que se esgrimían, el liceo comenzó a debilitarse para finalmente cerrar sus puertas en abril de 1869. Por esta institución pasaron casi todas las personalidades de la cultura cubana de mediados del siglo XIX. En 1856, Nicolás Ruiz Espadero fue nombrado profesor de música del Liceo Artístico y Literario de La Habana, en el cual laboraban Manuel Saumell, Narciso Téllez y los hermanos Edelmann, hijos de Juan Federico Edelmann, quien abrió, en 1836, un almacén de instrumentos y la primera casa editorial de música de importancia que tuvo La Habana. Saumell fue nombrado como presidente de la sección de música de la habanera Filarmónica Santa Cecilia, acontecimiento al cual siguió la fundación del Liceo Artístico Literario, junto a Ramón Pintó y al pianista español José Miró. El mural de Andrés Carrillo Carrillo emplazado justo en la pared del frente lo recrea en un momento de esplendor (supuestamente un día de Juegos Florales). Integran el mural 67 figuras, algunas fueron seleccionadas por el historiador de la ciudad Eusebio Leal, aunque no coincidieran cronológicamente con la época recreada o no tuvieran vínculo directo con el Liceo; entre ellos vemos a: Carlos Manuel de Céspedes, Gertrudis Gómez de Avellaneda, el Obispo Espada, la Condesa de Merlín; Brindis de Salas (una sola vez, a los diez años, tocó en sus salones) y el poeta Plácido, ambos excluidos por el color de su piel. De ese modo, el mural rebasó los límites originales y se convirtió en un homenaje a la cultura cubana en general —según afirma el pintor— . El mismo se concluyó en el año 2000.

Teatro Villanueva


Calle Refugio e/ Zulueta y Morro
Este teatro fue construido en 1846 por Miguel Nin y Pons, protegido del conde de Villanueva. Originalmente se llamó Circo Habanero pero en 1853, al fallecer el conde, este Circo adopta el nombre de Teatro Villanueva, en su memoria. Actuaban ordinariamente compañías de verso, prestidigitadores y acróbatas, así como también los bufos cubanos; y estando el teatro Tacón en reparaciones, este albergó a algunas de las grandes compañías de ópera que solían actuar en aquel. Es uno de los teatros que está íntimamente ligado a las luchas por la independencia de la Patria. El 2 de enero de 1869, durante una velada se produjeron reiteradas manifestaciones de simpatía por el grupo de revolucionarios que encabezaba Carlos Manuel de Céspedes, lo que motivó que el gobernador le impusiera una multa a Miguel Nin y amonestara a los artistas, a quienes se atribuía haber cantado  canciones con letra subversiva. El mismo programa se repitió la noche  siguiente, en función que los integristas estimaron destinada a recaudar fondos para la Revolución. La recitación de una poesía que terminaba con un "viva la tierra que produce la caña", fue estimada por los españoles como una provocación y se entabló una riña en la que intervinieron los voluntarios, sembrando en el público el pánico y la muerte.El día 22 de enero de 1869 presentó una compañía de Bufos, la cual ofreció una función a la que asistieron varios simpatizantes del movimiento independentista cubano apenas iniciado cien días atrás en La Demajagua. El objetivo de la función era recaudar fondos para apoyar la lucha independentista de los cubanos. Al término de la obra se escucharon en el teatro varias exclamaciones como "Viva Céspedes" y "Viva Cuba Libre", aclamaciones que evidenciaron la simpatía por parte de los autores de dichos gritos con la causa cubana.
Los integrantes del Cuerpo de Voluntarios, fuerza militar auxiliar del gobierno colonial español, que estaban presentes en los alrededores del teatro, dieron comienzo a un intercambio de balas que se generalizó por toda la ciudad, lo cual ocasionó varios muertos y heridos, llevándose a cabo en los días posteriores varios registros y detenciones. Entre los detenidos se encontraba Rafael María de Mendive, quien era maestro de José Martí. Después de estos sucesos, apenas se vuelve a hablar de este teatro. Una placa conmemorativa recuerda hoy el lugar donde estuvo enclavado el Teatro Villanueva. Clausurado el teatro en 1869, se convirtió en casa de vecindad. Y en 1887 fue demolido y se construyó la tabaquería La Corona.

Teatro Albisu

El 17 de diciembre de 1870 se inaugura el Teatro Albisu 1870, con
la presentación de una compañía lírica dirigida por Don José
Calle San Rafael e/ Monserrate y Zulueta
Curbelo; construido por José Albisu de manera muy rápida pasó a ser propiedad de José Azcue. En sus inicios cultivó el género lírico de la zarzuela española, en el cual obtuvo un extraordinario éxito como contraparte de la ópera, el drama y la comedia dramática de Tacón y Payret. Pero ya en las últimas décadas del siglo se dedicó a cultivar el género  chico.
Estuvo dedicado preferentemente a la zarzuela y presentaba las mismas características que el célebre teatro de origen madrileño y hasta sus funciones, que eran por tandas, tenían como aquel, la famosa cuarta que comenzaba al filo de la medianoche. Ambos géneros, el zarzuelero y el llamado chico, se hacían con gran acierto y excelentes intérpretes. Entre las disímiles zarzuelas representadas estuvo La Verbena de la Paloma, la que aún se
Del teatro Albisu solo sa conserva una placa conmemorativa
escucha en nuestros días. La compañía que allí actuaba, renovándose con frecuencia, tuvo actores que fueron ídolos del público, como Luis Robillot, al que se consideraba en su tiempo, como el introductor del género chico en Cuba. Hasta la época de Robillot se representaron en la escena del Albisu las conocidas zarzuelas del género grande: El Dominó Azul, Jugar con Fuego, La Bruja, El anillo de hierro, etc.

 

Circo teatro Jané
Dragones esquina a Zulueta
El coliseo llamado circo-teatro-Jané abre sus puertas en 1881, tuvo una vida fugaz e historia nula. Al ser desocupado por los cómicos fue convertido en 1890 en sede de la Iglesia Bautista, la que aún permanece allí. En una crónica de La revista literaria El Museo subtitulada «Semanario ilustrado de literatura, artes, ciencias y conocimientos generales» hacia la década de 1880 se reseñan los triunfos “ruidosos y legítimos” que “recoge la compañía italiana de la Tessero” durante las representaciones de Dora, el “gran drama social de Sardon,” que las funciones
del teatro Jané que continúa “atrayendo multitudes, que siempre se retiran satisfechas de la variedad y mérito de los espectáculos,” sobre todos los jueves, cuando “no se cabe en el circo.” Todo esto cabe en la “Vida habanera” donde entran además, por supuesto, las veladas en el Liceo. En otras fuentes se recoge que La Sociedad de Festejos La Covadonga, fundada en 1884 y de corta vida, desarrollaba sus actividades en el Circo Teatro Jané. En 1890, la Congregación Bautista de La Habana adquirió el edificio del Circo-Teatro Jané, y lo transformó en la principal sede de su institución. Aún se conserva la estructura original del Circo-Teatro y en especial el techo y los balcones.

Teatro Irijoa (Martí)

El 8 de junio de 1884 fue inaugurado por su constructor, Ricardo Irijoa, cuyo apellido llevó inicialmente el inmueble. “El Coliseo de las cien puertas”, como lo denominó el poeta bayamés José
Esquina de Dragones y Zulueta
Fornaris, se inauguró con una función a beneficio del convento El Buen Pastor, protagonizada por aficionados. Con posterioridad se ofrecieron bailes públicos y diversos espectáculos: desde compañías de bufos criollos y del circo de Santiago Pubillones hasta zarzuelas, operetas, vodeviles y el estreno en Cuba de la ópera La Boheme, de Giacomo Puccini. Durante 1896 los bufos habaneros de la compañía del empresario Generoso González, dirigida por el compositor José Marín Varona, empezaron a trabajar en el teatro. En el año 1884 el  Teatro fue un verdadero centro de conspiración, donde se estaba al tanto día por día del curso de la campaña independentista. El Irijoa que, a partir del 17 de enero de 1899, fue rebautizado como Teatro Martí, en tributo al Héroe Nacional ofreció bailes como una cosa muy típica. Terminadas las funciones se acomodaba la sala y se daban bailes públicos a los que acudía gran cantidad de personas. En su escenario se estrenó en Cuba la ópera Tosca, de Puccini. Sin embargo, allí encontró su espacio y su público el género vernáculo cubano desde finales del siglo XIX, gloria que compartió con el Alhambra durante el primer tercio del XX. El Martí, albergó los estrenos de La mulata María, con música de Valenzuela y primer libreto de Villoch y; Mefistófeles, de Sarachaga y Palau, ambos en 1896; Cecilia Valdés, de Roig; Rosa la China, de Lecuona, ambas en 1932 y Amalia Batista, de Rodrigo Prats (1936), paradigmas de nuestra zarzuela nacional y las obras españolas del mismo género: Doña Francisquita, Los gavilanes, La leyenda del beso, La del soto del parral, La parranda, entre otras muchas. Allí funcionó la famosa temporada del grupo Jorge Anckermann, que dio a conocer las exitosas Voy abajo y ¡Dios te salve, comisario!, de E. Núñez Rodríguez.

Teatro Payret

Esquina de Prado y San José
Construido por el catalán Joaquín Payret e inaugurado en 1877. El 21 de enero abrió sus puertas por primera vez al público con el nombre de teatro “Payret”, aunque al año siguiente se le llamó “Teatro de la Paz”, después de firmado el Pacto de Zanjón. También se le conoció como “Coliseo Rojo”, por el color de sus decorados. La función inaugural fue dedicada en provecho de la Casa de Maternidad y Beneficencia. Se presentó el Coro de la Caridad, integrado por cuarenta damas de la Sociedad Habanera y el notable músico y crítico Serafín Ramírez, quien ejecutó al piano algunas obras célebres de su repertorio. El 23 de enero, con la presentación de la ópera de Gaetano Donizetti La Favorita,  muy apreciada por el público habanero, comenzó la vida verdaderamente teatral de este coliseo.  En octubre de 1878 se estrenó la ópera de Verdi La Fuerza del Destino. Fueron tales las desgracias ocurridas que al inmueble se le aplicó el término de jettatura, que implica lo que está maldito y sufre infortunios. En 1882 hubo otro temporal, las cañerías de desagüe se obstruyeron, la acumulación de agua fue tal que se desplomó una de las paredes maestras y se hundieron los pisos superiores sobre los de abajo. Como consecuencia fallecieron tres personas y diez resultaron heridas. Entre los occisos estaba Enrique Sagastizábal, copropietario del inmueble. El derrumbe ocasionó que lo mantuvieran cerrado por un largo tiempo. Al no poder pagar las contribuciones municipales su propietario, y el Ayuntamiento propiciar un remate  pasa a ser propiedad del Dr. Anastasio Saaverio; y a su fallecimiento a sus hijos que posteriormente, se lo vendieron a la sucesión de Falla Gutiérrez. En 1883 fue parcialmente destruido por un huracán y abandonado hasta 1890, cuando el edificio fue totalmente restaurado, y de nuevo se convirtió el centro de una gran escuela operática que dejaba afirmado el desfile de compañías de opereta, revistas y zarzuelas que por allí pasaron. Los hermanos Velazco iniciaron en Payret sus grandes éxitos. En Payret actuaron grandes compañías españolas como la de María Guerrero y Ernesto Vilches, compañías mexicanas como la de Lupe Rivas Cacho y compañías argentinas como la de Pomar y la de Camila Quiroga.

Teatro Tacón

El Teatro Tacón fue inaugurado el 28 de febrero de 1838, constituyó una iniciativa del esclavista y especulador Pancho
Marty, entonces al servicio del también empresario Miguel Tacón,
Prado esquina a San Rafael
capitán general de la Isla de quien adoptara su nombre. Fue considerado uno de los tres mejores teatros del mundo y tenía un aforo de más de dos mil personas sentadas y setecientas cincuenta de pie. El inicio de las funciones tuvo lugar el 15 de abril de ese mismo año con el  drama traducido por Mariano José de Larra, titulado “Don Juan de Austria”, y  en cuyo elenco se encontraba Covarrubias. Por su escenario desfilaron las más notables compañías líricas y dramáticas del mundo, así como los más brillantes artistas extranjeros del drama, el canto y la música. En el año 1867 Adela Ristori ofreció una temporada a la que dedicó Enrique Piñeiro once críticas teatrales, de entusiasta exaltación de la artista. Por el año 1887, Sara Bernhardt incluye a La Habana en su vuelta al mundo, debutando en la tragedia Racine. Por su parte la familia Robreño se adueñó del cartel de este teatro durante cuatro años y trajo de la Península Ibérica a Matilde Diez y su esposo, a Julián Romea, a figuras cumbres del teatro español, alternándolas con algunas ya sobresalientes actrices nativas entre las que se encontraba Adelita Robreño. Por el año 1862 se presenta en este escenario Adelita Patti, la mejor soprano absoluta de “todos los tiempos”, como se le llamaba en los periódicos. Posteriormente la Gazaniga y el tenor Aramburu, fueron también figuras sobresalientes en el cartel del Tacón. Otros notables cantantes que pasaron por el escenario del Tacón fueron: Paola Marié, Le Theo, Letelier, Caput y Copone. Tras el éxito ya antes mencionado obtenido por Pancho Marty en su teatro, otros tres paisanos suyos quisieron emular con el afortunado distribuidor del vivero y la pescadería de La Habana. Ellos fueron el valenciano José Albisu, el catalán Joaquín Payret y el vasco Ricardo Irijoa. Las orquestas venidas de Europa interpretaban obras de Mozart, Handel, Stravinsky y de Bethoven. Se presenta la compañía de la actriz italiana Eleonora Duche y la de la francesa Sarah Bernarth, el Ballet Real de la corona austriaca con los valses vieneses de Strauss, y la orquesta Sinfónica de Brandenburgo, con las audaces obras alemanas. Esta instalación permite que la Habana sea destino de las grandes compañías teatrales. Pero el momento más trascendental que impactó a la sociedad habanera fue la ceremonia por la coronación de Gertrudis Gómez de Avellaneda el 27 de enero de 1860. El programa incluía en la primera parte un concierto, entre cuyos ejecutantes sobresalieron el pianista Luis Moreau Gottschalk, un virtuoso, oriundo de la Luisiana y por entonces de visita en Cuba y el violinista cubano José White. Restaurado varias veces, en 1905 se convierte en Teatro Nacional. El 22 de abril de 1915 se reinauguró como Gran Teatro Nacional. En 1959 se le rebautizó como Teatro Estrada Palma y en 1961, tras la Revolución, es nacionalizado en 1962 y denominado Teatro García Lorca.

DOCUMENTOS SONOROS DEL PATRIMONIO MUSICAL CUBANO. GRABACIÓN

La grabación de los dos primeros discos de la Colección «Documentos sonoros del patrimonio musical cubano»: CD-DVD Cayetano Pagueras y Juan París, músicos catedralicios de Cuba, siglos XVIII y XIX. Intérpretes: Camerata Vocale Sine Nomine (directora Leonor Suárez), Orquesta del Instituto Superior de Arte adjunta al Lyceum Mozartiano de La Habana, dirección general José Antonio Méndez Padrón, Sellos Colibrí, La Ceiba, Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana tuvo lugar en el Aula Magna del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana los días 28 de junio al 8 de julio de 2013

José Antonio Méndez Padrón, director general
 El intercambio entre músicos y músicas por el Nuevo Mundo es un interesante punto de partida para la restauración de nuestra historia cultural, en especial, el trasiego de obras y documentos motivado por la composición musical para el ornato de misas y oficios del culto católico. Es el caso de la creación musical de Cayetano Pagueras (Barcelona, siglo XVIII-La Habana?, siglo XIX) y Juan Paris (Cataluña, ca. 1759-Santiago de Cuba, 1845), catalanes ambos, radicados en Cuba entre finales del setecientos y las primeras décadas de la siguiente centuria, quienes legaron a Cuba algunas de las más preciosas y antiguas obras de nuestro patrimonio musical.
Pagueras residía en La Habana desde antes de 1778 y procuró colocarse infructuosamente, al menos en dos ocasiones, como maestro de capilla de la Catedral de Puebla de los Ángeles, Nueva España, hoy México, donde se conservan sus únicas obras autógrafas. Vinculado desde 1795 a la Catedral de La Habana —aunque solo consiguió ocupar la plaza de contralto—, su actividad compositiva alcanza más de 80 títulos. De ellos han sobrevivido 19 piezas localizadas en fondos eclesiásticos de Cuba y México, mayormente arregladas y transformadas por otros músicos, lo que nos presenta un reto a la hora de realizar transcripciones e interpretaciones históricamente informadas.
Escucharemos obras del repertorio de Semana Santa (Pueri Hebræorum, Gloria, laus et honor, Vexilla Regis) que acompañaron los oficios de la Catedral de La Habana hacia 1796 y que aún seguían en uso un siglo después, en 1891, escritas para voces y fagot con recursos tímbricos mínimos, como corresponde a las regulaciones de ese tiempo litúrgico. El Domingo de Resurrección de 1798, en la hora de maitines, también fueron entonados dos responsorios de Pagueras (Angelus Domini descendit y Cum transisset Sabbatum). No sabemos qué instrumentos acompañaron esos cantos en aquel entonces, pues Francisco de Asís Martínez, maestro de capilla de la Catedral de La Habana en 1868, los modificó al gusto de la época (según consta en la portada del manuscrito), pero tampoco se conserva su arreglo, sino una copia de Narciso Aguabella, quien fuera organista de ese templo catedralicio en 1889. Lo mismo sucede con el gradual Nunc dimittis, la Misa de Difuntos y la gran Misa en re mayor, esta última copiada por el músico mexicano José Cataño en 1817 para la Catedral de México. De ahí que la elección del instrumentario históricamente adecuado para la interpretación de las obras de Pagueras posee una amplia gama de soluciones.
Leonor Suárez y Sine Nomine
En general, el estilo de las obras orquestales se halla en concordancia con los recursos expresivos del clasicismo, estética musical que aborda la orquesta del Instituto Superior de Arte —adjunta al Lyceum Mozartiano de La Habana— conducida por José Antonio Méndez, especializada en la difusión de obras de ese período, para el cual se requieren instrumentos históricos que aún no tenemos en Cuba como el fagot y oboes clásicos, cornos naturales, entre otros. En cambio, han sido empleadas dos flautas de madera, una de sistema Johann Friedrich Boie (Göttingen, 1762-1809) y otra de sistema Heinrich Grenser (Dresde, 1764-1813), de la colección del Museo Nacional de la Música de La Habana, instrumentos típicos de las agrupaciones cubanas decimonónicas que contribuyen a remedar el color tímbrico de esa época.
En el ámbito vocal han sido imprescindibles las voces masculinas de Sine Nomine, las cuales reproducen las tesituras que se empleaban en las catedrales de Cuba y, en especial, las requeridas para una obra excepcional, la Misa de primer tono en canto llano mensural, copiada en un cantoral de pergamino que fuera del Convento de Belén, donde Cayetano Pagueras fue organista en tiempos de los padres Bethlemitas, hasta 1814, cuando se pierde su pista.
Grabación en el aula magna del Colegio San Gerónimo de La Habana
Otro catalán, Juan Paris —sucesor de Esteban Salas (La Habana, 1725-Santiago de Cuba, 1803)—, ostentó el puesto de maestro de capilla de la Catedral de Santiago de Cuba entre 1805 y 1845. Tiempo ha le fue negada la difusión de su música cuando se hacía distinciones entre criollos y peninsulares, olvidando que su labor de 40 años le había dado de hecho y por derecho la ciudadanía de Santiago de Cuba. Hasta hoy no hemos escuchado sus villancicos, los cuales tuvieron la oposición de sus contemporáneos, quienes calificaban a Paris como compositor «Teatral de Fortepiano», y en efecto, en un manuscrito consta el uso del fortepiano como instrumento de acompañamiento en lugar del órgano. Maestro en la composición de recitados y arias acordes con el arte lírico de su época, Paris dedicó villancicos a la Calenda para el anuncio del Nacimiento de Jesucristo y a los tres nocturnos de Maitines de Navidad. Son esas, por lo general, extensas obras en las que alternan estructuras tomadas del villancico tradicional (con estribillo y coplas) y las partes de la cantada (recitados, arias da capo, aria de pastorela), hibridación propia de finales del XVIII y principios del XIX. A veces comienzan con largas introducciones instrumentales que, a modo de Obertura, dan fe de un pensamiento «sinfónico», el cual parece haber penetrado en la Catedral de Santiago de Cuba a propósito de la actividad compositiva de Paris, evidente además en la incorporación de la viola para completar el cuarteto de cuerdas que nunca llegó a emplearse en tiempos de Esteban Salas, aun cuando se conoce que este último copió el Stabat Mater de Haydn.
Con la irrupción de la denominada Guerra de Independencia en España contra la invasión napoleónica en 1808, los territorios de las américas españolas se vieron sensiblemente perturbados, incluida la isla de Cuba. Ese período de apogeo político particularmente complejo, que se extendió hasta 1814, fue uno de los tantos que le tocara vivir a Paris en Santiago de Cuba en el lapsus de los 40 años de su maestría de capilla. Por esta razón, los villancicos que escucharemos y que corresponden a esas fechas manifiestan un tono más tenso en el discurso musical y textual, reflejo del ambiente bélico que estremecía a la isla y sus habitantes como «españoles de ultramar».       
Nuestras investigaciones sobre Cayetano Pagueras, el más antiguo músico del que se conservan partituras en La Habana, y sobre Juan Paris, el reformador de la tímbrica instrumental en Santiago de Cuba, cuentan ya con tres libros dedicados al estudio de esas figuras, que el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, a partir del escrutinio de fuentes documentales relativas al hecho musical y de la enseñanza patrimonial de la música, quiere devolver hoy a la memoria colectiva. Es este un proyecto en el que también participan instituciones que creen en el valor del arte como embajador de la cultura. Son el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana, la Universidad de Valladolid, España; la Comisión Europea, el Instituto Superior de Arte, el Lyceum Mozartiano de La Habana, el Centro Nacional de la Música de Concierto y los sellos discográficos Colibrí, del Instituto Cubano de la Música, y La Ceiba, de la Emisora Habana Radio.


Miriam Escudero y Claudia Fallarero

DOCUMENTOS SONOROS DEL PATRIMONIO MUSICAL CUBANO. CONCIERTOS


PRIMERA AUDICIÓN EN CONCIERTO DE OBRAS DE LAS CATEDRALES DE LA HABANA Y SANTIAGO DE CUBA, SIGLOS XVIII Y XIX: 20 y 27 de junio de 2013, 6:00pm, en la Basílica Menor de San Francisco de Asís


Como parte de las labores de difusión que lleva adelante el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas, de la Dirección de Patrimonio Cultural (Oficina del Historiador), este año serán grabadas, por vez primera, obras de Cayetano Pagueras (Cataluña, s. XVIII-La Habana?, s. XIX) y Juan Paris (Cataluña, ca. 1759-Santiago de Cuba, 1845), compositores que estuvieron indistintamente al servicio de la música en las catedrales de La Habana y Santiago de Cuba entre los siglos XVIII y XIX. Sendos discos monográficos constituirán las primeras propuestas de la colección «Documentos Sonoros del Patrimonio Musical Cubano» de los sellos discográficos La Ceiba y Colibrí con la participación del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana y el proyecto Gestión y difusión del patrimonio musical de Cuba y Latinoamérica: luthiería, investigación y docencia, subvencionado por la Comisión Europea.
La primera audición en concierto de las obras compuestas por Pagueras y París estará a cargo de la Camerata Vocale Sine Nomine, bajo la dirección de Leonor Suárez, la orquesta del Instituto Superior de Arte, dirigida por José Antonio Méndez y adjunta al Lyceum Mozartiano de La Habana, así como otros músicos invitados. Los conciertos tendrán lugar en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, en La Habana Vieja, los días 20 y 27 de junio a las seis de la tarde y su programa abarca obras litúrgicas de Cayetano Pagueras fechadas entre 1791 y 1801 y villancicos de su homólogo Juan París, escritos entre 1807 y 1814. 
Cayetano Pagueras es el más antiguo compositor del que se conservan partituras manuscritas en La Habana. Su obra, estimada en más de 80 composiciones, data del último tercio del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX.
Alejo Carpentier la dio por perdida en las pesquisas que realizara para escribir su antológico libro La Música en Cuba (1946), pero como parte de las investigaciones de su texto El archivo de música de la iglesia habanera de La Merced: estudio y catálogo (Premio Casa de las Américas, 1997), la musicóloga Miriam Escudero halló obras de Pagueras en ese templo, y luego, en Santiago de Cuba y en las Catedrales de México y Puebla de los Ángeles, estas últimas muy recientemente, gracias al apoyo de las autoridades eclesiásticas mexicanas, y en especial de Su Eminencia el Cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de La Habana, hasta completar la cantidad de 19 obras, todas de contenido litúrgico. Las transcripciones de dichas piezas saldrán a la luz próximamente como parte del noveno volumen de la colección «Música Sacra de Cuba, siglo XVIII».

Por su parte, Juan Paris fue maestro de capilla de la Catedral de Santiago de Cuba entre 1805 y 1845 y sucesor de Esteban Salas en esa sede oriental. La musicóloga Claudia Fallarero, quien está llevando a cabo la investigación integral de la creación musical de Paris, ha publicado ya dos volúmenes dedicados a este músico como parte de la colección «Patrimonio Musical Cubano». Se trata de 15 villancicos de Navidad, compuestos entre 1805 y 1814 y una pieza no religiosa, el más antiguo manuscrito de su tipo que se ha localizado hasta el momento en Cuba. Este último, es un himno o marcha presumiblemente escrito en 1809, cuyo texto, que se inicia con la frase «Alarma ciudadanos», se centra en la denuncia a la invasión napoleónica a España durante la ocupación francesa que tuvo lugar entre 1808 y 1814. Esta pieza fue encontrada en un cuaderno fechado en 1809 y posee correspondencia de entonaciones con el villancico Produzca la tierra de ese mismo manuscrito, lo que valida la autoría de Paris. En concierto serán escuchados por vez primera en La Habana ocho villancicos compuestos para las navidades de 1807 a 1809, 1812 y 1814 además del himno Alarma ciudadanos.
Concierto del día 27 de junio en la Basílica menor del Convento de San Francisco de Asís, La Habana Vieja

PRIMER ENCUENTRO DE JÓVENES PIANISTAS,
LA HABANA VIEJA, DEL 25 MAYO AL 9 JUNIO DE 2013

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Rescatar y difundir el arte musical ha sido una de las premisas de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, a la par que tiene lugar la gesta restauradora de los bienes muebles e inmuebles, de manera que el patrimonio material y espiritual se retroalimenten para revivificar la nueva ciudad antigua. A la música se consagran los cuatro espacios de concierto que radican en el Centro Histórico, de los cuales, la más reciente Sala Ignacio Cervantes y la más añeja Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, serán escenarios del I Encuentro de Jóvenes Pianistas. Esta propuesta de programa integral dedicado al piano en La Habana Vieja, ha sido orquestada por el reconocido pianista y profesor cubano Salomón Gadles Mikowsky, y coordinada por el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas, que dirige la musicóloga Miriam Escudero, así como por la Dirección de Gestión Cultural. El piano ha sido en Cuba uno de los instrumentos que más ha legado obras de valor patrimonial: además de las piezas de Cervantes, conservamos las creaciones de Manuel Saumell y Nicolás Ruiz Espadero, compositores con ese espíritu criollo y nacionalista que convirtiera a la contradanza, en el siglo xix, en un medio identitario de expresión. Precisamente, en el marco de este evento tendrá lugar la presentación de la reedición del texto Ignacio Cervantes y la danza en Cuba, del propio Gadles Mikowsky, a cargo de Ediciones Boloña, «la primera obra en la que se hace el estudio más abarcador de sus danzas para piano en el contexto general del siglo xix», según constata su prologuista, Radamés Giro. A la generosidad del amigo Salomón debemos la donación del piano Steinway de la Sala Ignacio Cervantes así como la restauración del instrumento que perteneció a Harold Gramatges, a cargo del consagrado mecánico y afinador Nelson Puig. Y ahora, como fruto de su amor a Cuba, durante dieciséis días el piano será protagonista absoluto de conciertos interpretados por jóvenes de diversas nacionalidades: Cuba, China, Rusia, España, Corea del Sur, Bielorrusia, Egipto y Estados Unidos, todos ellos multilaureados en concursos internacionales y en su mayoría alumnos del maestro Mikowsky. El programa lo integran tanto obras obligadas de concurso, como repertorios cubanos entre los que destaca la integral de las danzas de Ignacio Cervantes que estará a cargo de la talentosa y joven china Wenqiao Jiang, de apenas 15 años de edad, y clausurará con un concierto a cuatro manos de Aldo López-Gavilán y Harold López-Nussa. Sirvan estas palabras mías como un preludio a este gran concierto pianístico que hará vibrar los espacios consagrados a la música del Centro Histórico.
Eusebio Leal Spengler
CONCIERTOS

Sala Ignacio Cervantes (Prado y Ánimas)
Sábado 25 de mayo de 2013, 6:00 p.m. GALA INAUGURAL: Wenqiao Jiang (China)
Domingo 26 de mayo de 2013, 6:00 p.m. Presentación de la segunda edición del libro Ignacio Cervantes y la danza en Cuba, de Salomón Gadles Mikowsky, Ediciones Boloña
CONCIERTO Intérpretes: Wenqiao Jiang (China) Willanny Darias Martínez (Cuba)

Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís
Lunes 27 de mayo de 2013, 6:00 p.m. Alexandra Beliakovich (Bielorrusia)
Martes 28 de mayo de 2013, 6:00 p.m. Gustavo Díaz-Jerez (España)
Miércoles 29 de mayo de 2013, 6:00 p.m. Simone Dinnerstein (Estados Unidos)
Jueves 30 de mayo de 2013, 6:00 p.m. Khowoon Kim (Corea del Sur)
Viernes 31 de mayo de 2013, 6:00 p.m. Yuan Sheng (China)
Sábado 1 de junio de 2013, 6:00 p.m. Alexandre Moutouzkine (Rusia)
Domingo 2 de junio de 2013, 6:00 p.m. Willanny Darias Martínez (Cuba)
Lunes 3 de junio de 2013, 6:00 p.m. Ruiqi Fang (China)
Martes 4 de junio de 2013, 6:00 p.m. Daniel Rodríguez Hart (Cuba)
Miércoles 5 de junio de 2013, 6:00 p.m. Wael Farouk (Egipto)
Jueves 6 de junio de 2013, 6:00 p.m. Liana Fernández Neira (Cuba)
Viernes 7 de junio de 2013, 6:00 p.m. Tatiana Tessman (Rusia)
Sábado 8 de junio de 2013, 6:00 p.m. Youngho Kim (Corea del Sur)
Domingo 9 de junio de 2013, 6:00 p.m. GALA DE CLAUSURA
CONCIERTO Intérpretes: Aldo López-Gavilán (Cuba) Harold López-Nussa (Cuba)

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CONCIERTO



El viernes 29, a las 4:00 p.m., en el Oratorio San Felipe Neri, el público podrá escuchar un concierto con la versión para cuarteto de cuerdas de la obra Las siete últimas palabras de Nuestro Redentor en la Cruz Op. 51, de Joseph Haydn, interpretada por músicos del Lyceum Mozartiano de La Habana y organizado por el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas de la Oficina del Historiador de la Ciudad, la Embajada de Grecia y la Embajada de Austria en Cuba.
 

Las siete últimas palabras de Nuestro Redentor en la Cruz


Las últimas siete frases pronunciadas por Cristo en la cruz antes de su muerte han sido la inspiración de innumerables composiciones musicales. Cada una de esas expresiones posee un profundo contenido dramático que invita a la reflexión. Se trata de las últimas palabras de un moribundo que: exonera de culpa a sus enemigos, encomienda a un discípulo el cuidado de su madre, padece el sufrimiento que provoca la sed, reconforta a su compañero de tribulaciones, experimenta la angustia del abandono y muere dignamente.

Joseph Haydn (Rohrau, 1732-Viena, 1809) recibió del canónigo José Sáenz de Santamaría, originario de México y radicado en Cádiz, el encargo de escribir una obra musical basada en el texto de las siete palabras, para el viernes santo de 1787.

La obra habría de interpretarse en la Capilla del Santísimo Sacramento de la Iglesia del Rosario de Cádiz, España. El propio Haydn describe en el prefacio de la obra lo siguiente: «hace quince años que el canónigo de Cádiz me pidió hacer música instrumental para las siete palabras de Cristo en la Cruz [...] Después de la introducción, subió el obispo al púlpito, pronunció una de las siete palabras y habiendo terminado bajó y se arrodilló ante el altar. Esta pausa fue completada por la música y así una y otra vez hasta la conclusión». Su obra, originalmente para orquesta de cuerdas (transcrita luego para piano; versionada para coro y orquesta, por Haydn pero también por otros compositores), la integra una introducción, siete sonatas (una para cada frase) y un presto titulado Il terremoto. Las sonatas, todas en tempo lento, recrean cada una de las palabras. A manera de gesto retórico, Haydn coloca en cada entonación inicial el texto íntegro de la frase y algunas palabras se convierten en motivo recurrente y temático de cada parte. En la tarde de hoy, viernes santo de 2013, escucharemos la versión para cuarteto de cuerdas op. 51 (Hob. III: 50-56) a cargo de músicos del Lyceum Mozartiano de La Habana en alternancia con la lectura de cada palabra, primero en griego, la lengua originaria de los manuscritos del Nuevo Testamento, y luego en español, acompañada de otros pasajes bíblicos, tal y como sucediera hace más de 200 años en la ciudad de Cádiz.


Miriam Escudero

Lyceum Mozartiano de La Habana
Director: Ulises Hernández Morgadanes


Anabel Estevez Acosta, violín
Lilliam Martha Llanes, violín
Lisbet Sevila Brizuela, viola
Maylin Sevila Brizuela, cello

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